Por: *Juan Duarte
Director de DUAGA
América Latina, una región que atesora una diversidad cultural excepcional y recursos naturales abundantes, se encuentra en un punto de inflexión en su papel en el comercio internacional. En este contexto, los Centros de Distribución Logística Internacional (CDLI) y los Parques Logísticos e Industriales emergen como actores esenciales que pueden impulsar de manera significativa las economías locales y fortalecer la posición de la región en el escenario global. Estas instalaciones, ubicadas estratégicamente cerca de los principales puertos y rutas comerciales, no solo optimizan las cadenas logísticas, sino que también atraen la atención de las líneas navieras, lo que potencia su impacto positivo en América Latina.
Los CDLI y los Parques Logísticos e Industriales han transformado la forma en que las empresas gestionan sus operaciones en América Latina. Su ubicación estratégica cerca de puertos y aeropuertos clave ha revolucionado la conectividad logística en la región. Estos centros permiten una transición fluida de la carga entre diferentes modos de transporte, lo que reduce los tiempos de espera y mejora la eficiencia de manera general.
Para las líneas navieras, esta mejora en la eficiencia logística se traduce de la mano de inversiones en terminales portuarias, en operaciones más rentables. Los CDLI y los Parques Industriales actúan como eslabones esenciales en la cadena de suministro global, garantizando que los productos fluyan de manera eficiente desde los barcos hasta su destino final y viceversa. Esto no solo ahorra tiempo, sino también recursos valiosos, lo que resulta en una ventaja competitiva significativa para las economías locales y atrae la atención e inversión de las líneas navieras.
El auge del nearshoring, la estrategia de acercar la producción a los mercados de consumo, ha situado a América Latina en una posición ventajosa. Los CDLI y los Parques Industriales desempeñan un papel fundamental en esta tendencia. Al ofrecer infraestructuras y servicios de alta calidad para operaciones logísticas y procesos de transformación con valor agregado, estos centros atraen a empresas de todo el mundo que buscan establecer operaciones cerca de sus mercados objetivo.
Para América Latina, esto representa una oportunidad extraordinaria para impulsar su economía y generar empleo mediante la inversión extranjera directa (IED). A medida que más empresas optan por el nearshoring en América Latina, la demanda de servicios de transporte marítimo y las rutas comerciales hacia la región aumentan considerablemente, lo que despierta un mayor interés por parte de las líneas navieras. Esto no solo beneficia a la economía local, sino que también fortalece la conectividad de la región y sus lazos comerciales con el mundo. Una claro ejemplo de esto es el auge de empresas, zonas industriales y nuevas bodegas que se han construido y establecido en México, lo que ha permitido un fortalecimiento de su economía y apreciación de su moneda, en tiempo en los que los demás países de Latinoamérica no muestran crecimientos tan definidos ni una fortaleza en sus monedas frente al dólar.
La eficiencia en la cadena de suministro es esencial para el éxito en el comercio internacional. Los CDLI y los Parques Industriales permiten a las empresas gestionar su inventario de manera precisa y mejorar la disponibilidad de productos en el mercado.
Para las líneas navieras, esto significa una carga más predecible y operaciones más estables. Cuando los productos fluyen sin problemas desde estos centros hacia los barcos, se reducen significativamente los riesgos de retrasos y cancelaciones. Las líneas navieras aprecian esta eficiencia, ya que les permite mantener horarios más fiables y controlar los costos operativos.
La diversificación de la carga es fundamental en la estrategia comercial de América Latina. Los CDLI y los Parques Industriales desempeñan un papel crucial en esta estrategia al atraer una amplia gama de industrias y sectores a la región. Esto no solo diversifica la carga que se maneja en los puertos, sino que también reduce la dependencia de un solo tipo de carga o industria.
Para las líneas navieras, esta diversificación de la carga representa una ventaja significativa. De forma simplificada, significa que los barcos pueden transportar una variedad de productos, desde electrónicos hasta alimentos y agrícolas, lo que garantiza una demanda constante de servicios de transporte. Además, las líneas navieras pueden adaptar sus rutas y servicios para atender a esta diversidad y la demanda de los mercados cercanos, lo que mejora su eficiencia y rentabilidad.
En resumen, los Centros de Distribución Logística Internacional y los Parques Logísticos e Industriales son pilares esenciales para el comercio exterior y el crecimiento económico en América Latina. Su capacidad para mejorar la conectividad logística, optimizar la cadena de suministro, diversificar la carga y atraer inversión extranjera directa y financiación internacional, no solo beneficia a la región, sino que también despierta el interés y la colaboración de las líneas navieras. América Latina se encuentra en una posición privilegiada para aprovechar estos activos y continuar su ascenso en el escenario global del comercio internacional, ofreciendo oportunidades tanto para la región como para las líneas navieras que operan en ella.
*Juan Duarte. Si desean ampliar la conversación con nuestro columnista, lo puedes encontrar en Linkedin o contactar vía correo electrónico j.duarte@duaga.com
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